Por Ayelén Pujol, periodista deportiva y escritora. Autora de Barriletas Cósmicas y Scaloneta para chicas y chicos (Ed. Chirimbote)
A veces aparece la pregunta sobre cuándo las mujeres empezaron a jugar al fútbol. Y al revisar la historia la respuesta se dibuja sola: desde que existe el juego mismo. Hay hasta jeroglíficos egipcios muestran a mujeres que participan en juegos con pelota.

Hasta ahora el primer registro en Argentina es una nota periodística que salió publicada en el diario La Capital de Rosario. Allí se jugó lo que conocemos como el primer partido: el primer indicio que apareció pero que abre interrogantes sobre si otras no jugaron antes.
Ese partido se jugó un domingo 5 de octubre de 1913, en el predio de la Sociedad Rural, por entonces situado en Boulevard Oroño y 27 de febrero. El club Fémina presentó dos equipos de mujeres que se enfrentaron entre sí. Se dividieron en las Rosas y las Celestes y según los medios jugaron un 8 contra 8, en dos tiempos de 30 minutos. Aunque en las fotos se ve a 9 por equipo. Las Celestes ganaron 3 a 0.

Este partido volvió a ver la luz en la muestra «Revolucionistas. Rebeliones (y) Feminismos», una exposición sobre resistencias, rebeliones y feminismos que se hizo en la ciudad en 2019.
Ahí apareció la nota de La Capital con sus imágenes. Se ve a las jugadoras del Club Fémina junto a su técnico, Abraham Diez. La foto está en la página 11 de La Capital tamaño sábana. Ilustra el anuncio del partido, que se jugaba a beneficio del Asilo de Canillitas. «Por primera vez un partido de fútbol jugado por mujeres, que es indudablemente sorpresa de los avances del feminismo por la práctica del más viril de los deportes», se lee. El textito está rodeado de noticias sobre «Drama pasional» y «Drama de Celos», dos de los títulos que cuentan una noticia que tuvieron como víctimas a mujeres.

El diario La Reacción también cubrió el hecho. Ahí aparecen algunas fotos más. Además se anuncia un nuevo partido, del que aún no hay certezas si se jugó o no.
Las futbolistas vistieron túnicas y por la imagen parecen ser niñas, jovencitas. Hasta ahora es imposible rastrearlas. La única identidad completa que aparece en las menciones es la del técnico. De ellas, apenas los nombres de pila. Imposible buscarlas en los archivos, es un enigma intentar encontrar algún familiar sin más datos.
La foto está ahí para que no se las olvide, pese al borramiento de su identidad de quien cubrió ese encuentro y de la historia misma del fútbol. En esas crónicas no figura quiénes fueron las autoras de los goles y tampoco las formaciones completas.
Sabemos que algunas se llamaron Estelita, Aurelia, Martita, María, Dora, Rosita, Florencia, Juana, Margarita, Brígida, Emmita y Marciana. Son los nombres de la historia de nuestro fútbol.
